La
escuela del dolor
Cuando
te duele el cuerpo tu decisión de cómo transitar el dolor, será la bisagra de la que dependerá
la duración.
Está
en ti y en la manera en que decides enfrentar la situación.Tu y solo tu seras el responsable ,podrás tomarlo como una oportunidad de crecimiento o por el contrario convertirla en un obstáculo, quizás mirar con
detenimiento cuando, porque y como dolemos, como nos duele, pueda ser el puntapié
inicial para tomar una nueva manera de
entender al dolor.
Hay
distintas etapas de proceso doloroso una
primera instancia cuando suenan las alarmas tenemos febrículas, pequeñas molestias
todo en nosotros nos avisa que algo está
pasando dentro, en ese momento no le prestamos atención, porque estamos muy ocupados
en el vivir en cumplir con las responsabilidades etc, pero , se hace más insistente
y es en una segunda instancia que aparece el dolor punzante, la gran molestia
inevitable de huir, se hace presente de lleno, nos detiene de una manera que no
podemos pensar en otra cosa que nos sea el dolor, que inevitablemente queremos
acallar, nos impulsa a hacer algo al respecto,
iras al médico o te tomaras esa pastilla que lo resuelve todo, pero ¿qué hay de
verdadero trasfondo del dolor?¿que está escondiendo mi dolor? Una última
instancia luego el dolor sede, mis músculos se relajan y mi atención en cuerpo deja de ser el centro, regreso a mi
habitual forma de vida,! cuán rápido nos olvidamos que un huracán de emociones
nos mantuvo detenidos en la cama,! pero que sin embargo cedió, seguimos vivos ¿Qué paso
con ese dolor?
El
dolor no es más que la manera que tiene nuestra alma de presentar una emoción
guardada, porque sabe que en ese momento contamos con las herramientas para transitarlo y superarlo.
Tenemos
que saber y ser consientes de ello que atraemos a nosotros lo que vibramos y en
esta vida superar exitosamente los dolores nos trae entendimiento y fortaleza.
Si
nos detenemos a observarnos y intentamos bucear en el dolor y su naturaleza, ahondar
en el origen de la emoción que pide pista para salir que ya no puede ser más retenida,
intoxicándonos el alma, disfrazada, en el inconsciente.
Dale
una oportunidad al dolor, para que te enseñe antes que se haga enfermedad.
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